Spin-off 17.0 / Capítulo 49


Eventos - 2560


– Por nosotros y nuestra boda. –

– Por nosotros y nuestro futuro juntos, que esperemos que sea aún mejor que el presente. – Respondió David al brindis de su pareja. – Por cierto Mark, cambiando de tema, y aunque no solemos hablar de trabajo, déjame que te pregunte por los del FBI que han venido para el caso. Siento curiosidad. –

– Ah vale. Pues si, parecen un grupo muy competente e instruido en su campo. Llegaron ayer muy temprano, nos pidieron todo lo que teníamos del caso y un lugar donde poder instalarse, lo que nos ha resultado más complicado que lo primero. Ya sabes, después de la explosión han quedado muchas zonas dañadas que aún están por reformar y recuperar.–

– ¿Cuántos forman la unidad? –

– Vinieron cinco. Un analista informático y cuatro agentes de campo, de los cuales, uno, un tal Mike, está al mando. –

– Y qué, como lo llevan. –

– Pues no han parado ni un segundo desde que llegaron. El jefe, Mike, junto con otro agente se está pateando los lugares donde se han cometido los asesinatos, y los otros tres no han levantado la cabeza de los informes y los ordenadores, salvo para beber café e ir a mear. Por lo visto quieren tener trazado un perfil para mañana a primera hora, por si a nuestro implacable asesino le da por volver a las andadas. La idea es intentar anticiparnos a sus siguientes pasos, predecir su conducta. Es el principal objetivo de la unidad, y es lo que trataremos de hacer, ayudándonos mutuamente. –

– Entiendo. Supongo que ahora todo apoyo será bien recibido en comisaría. –

– No te creas. Algunos se sienten reacios a que el FBI meta sus narices por aquí, pero García lo ha dejado claro: la colaboración ha de ser máxima y estrecha, y la comunicación recíproca y fluida, y yo estoy completamente de acuerdo con él. –

– Seguro que es lo mejor y que pronto obtendréis recompensa por el trabajo que estáis haciendo. –

– Tu trabajo también está siendo de mucha ayuda David. –

– Gracias cariño. – Respondió éste con una medio sonrisa en el rostro.

En ese momento Anthony salió de la cocina con una gran fuente de lasaña al tiempo que le pidió a Justin, uno de sus camareros, que rellenara el tinto de las copas de sus comensales.

– Esto es todo un lujo. Que el mismísimo chef salga a servirnos la comida es un placer al alcance de muy pocos. –

– El placer es todo mío. – Contestó Anthony. – Espero que os guste. –

– Seguro que si, como siempre. Muchas gracias. ¡Por nuestro chef favorito! – Dijo Mark al tiempo que alzaba su copa recién colmada de aquel rojo y exquisito brebaje.


G. Sayah


 

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