relato_15.0


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Era como si me hubiese desnudado ante un desconocido. Había sido la primera vez y siempre me he mostrado un poco escéptica con respecto a este tipo de terapia, aunque confiaba en que todo fuera bien y así cambiar mi visión y concepto hacia estos profesionales de la salud mental. En fin, no tenía nada que perder, todo lo contrario, y es que ya había tocado fondo.

Una vez en la calle, rescaté mi iPhone del fondo del bolso y pude ver varias llamadas perdidas y multitud de mensajes, casi todos de mi superior, el Capitán García. Le devolví con premura la llamada y tras pegarme la gran bronca, me ordenó dirigirme al Upper East Side, donde Mark, mi compañero, me esperaba junto con la científica en el apartamento de una ricachona que habían asesinado esa misma noche.

A pesar de llegar la última, pude aparcar mi viejo Audi A3 bastante cerca de las reseñas que el Capitán malas pulgas me había dado.

Agarré los cafés que por el camino había comprado y me dirigí a la escena del crimen – bueno, a ver que me encuentro, me da que hoy no va a ser un día fácil… –


g_sayah


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Una mañana como otra cualquiera… A Nick no le hizo falta que sonara el despertador que como cada noche ponía a las seis en punto, ya llevaba un par de horas despierto. Tumbado bocarriba, con los ojos cerrados, la respiración pausada, intentó conciliar el sueño con una técnica de relajación que nunca le funcionaba. El recuerdo de su compañero se lo impedía.

Al final optó por levantarse, puso la cafetera y se metió en la ducha mientras subía el café.

Sorbo a sorbo, disfrutaba del caliente brebaje y de unos minutos de silencio, ya que conforme avanzara el día, difícilmente se repetirían momentos como ese.


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Terminó de repasar unas notas y el expediente del caso que había caído en sus manos el día anterior, y decidió que volvería al lugar del crimen antes de dirigirse a comisaría…


g_sayah


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‘La vida es un continuo misterio que se va descubriendo poco a poco, siempre quedan puertas cerradas, preguntas sin respuestas. Por supuesto, la literatura es una forma de conocimiento. Solo escribe aquel que quiere conocer’.


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g_sayah


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‘infiel’


– Estoy llegando – le dijo Lisa a su supuesto amante a el celular –

El detective, agazapado tras la sombra de una esquina de la 22th estaba a punto de confirmar las sospechas de su cliente, un marido enamorado y engañado que se negaba a afrontar la realidad de una relación estéril.

El sonido de los tacones se iba alejando, cuando de repente, dos individuos saltaron de una furgoneta, obligando a Lisa a entrar en ella.

Un nuevo escenario se presentaba ante los ojos de Mike, y lo que en principio era un sencillo caso, ahora tomaba un cariz cuanto menos inesperado…


g_sayah


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No tuvo más remedio que parar de leer, una pausa obligada en la intrigante historia que el creador de Carvalho la mantenía en tensión, tensión que se unía a un cabreo repentino por culpa de la cagada de una paloma, que se atrevía a posar aquellos dañinos excrementos en su novela montalbiana.

– ¡Malditas ratas voladoras! – farfulló, mientras extraía un clínex de su bolso para limpiar el estropicio.

Pasaban ya veinte minutos y su cita no acudía, lo que aumentaba su escepticismo sobre los encuentros ciegos originados en la red. Lo conoció hace un par de meses y hasta ahora sólo había intercambiado algunos mensajes y pocas confidencias, nada de fotos por supuesto.

Nunca le pareció buena idea, pero necesitaba compañía, conversar un rato, ocupar un espacio que hacía varios años estaba vacío, creyendo que compartir un momento con alguien distinto y poco cercano no le haría ningún mal, eso sí, la inseguridad la embargaba y a lo mejor era esa la sensación que despertaba su curiosidad.

– Hola Silvia, siento el retraso –


g_sayah


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La oferta no podía ser más tentadora, ya que el trabajo era relativamente sencillo si lo comparaba con algunos de los que ya había llevado a cabo, operativos en los que su vida con frecuencia corría peligro, y además, él pondría el precio. Ganaría lo suficiente para vivir el resto de sus días, junto a María, por supuesto, sin preocupaciones, incluso ella podría dejar de trabajar.

De vuelta a Madrid en el jet privado de su futuro cliente empezó a planificarlo todo, sin apenas tomar notas, memorizando casi todos los pasos a dar.

Empezaría por dejar a María al margen mientras las circunstancias se lo permitiera. Excusaría su ausencia con el hecho de haber conseguido trabajo, un trabajo que le obligaría a pasar un tiempo fuera para recibir un curso de formación y capacitación para el puesto.

Lo segundo, comunicar a su posible y eventual jefe la aceptación del encargo, para que le enviara todo lo relacionado con la pareja a liquidar y acordar la forma en la que tendría que transferirle sus honorarios. Era en lo que quedaron al final de la reunión mantenida en Madeira. Lo que no esperaría aquel es que Vincent respondiera tan pronto y de manera positiva.

A los dos días alguien deslizó por debajo de la puerta de su apartamento un sobre sin ningún tipo de referencia, cuyo interior contenía un dossier con toda la información necesaria para empezar a trabajar. Una vez lo hubo leído atentamente, tercer paso, iniciar la búsqueda de la pareja…


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El destino a veces es muy caprichoso. Después de todas las vicisitudes que Rachel y Eric tuvieron que afrontar, sin comerlo ni beberlo, llegaron al mismo lugar donde un mercenario no llegó a redimirse por completo…


g_sayah


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Un abogado madrileño le debía un favor a Eric, algo relacionado con unos negocios que ambos tuvieron en la capital española hace ya bastante tiempo, por lo que aquel estuvo encantado de agradecérselo facilitándole a él y a Rachel un céntrico apartamento en ‘La Villa’, donde residirían de manera indefinida. Un Destino que a los dos les parecía harto atractivo y donde pasarían desapercibidos, al otro lado del océano, en Europa, donde seguro que nadie, entre ellos el marido de Rachel y amigo de Eric, los encontraría.

La elección del lugar para el comienzo de esta nueva etapa en sus vidas fue mutua, ambos se mostraban optimistas y encantados. Ella nunca había visitado Madrid, pero todo lo que había oído le atraía enormemente, y las dos o tres veces en las que Eric había estado fueron de lo más satisfactorias, por lo que de todas las opciones que barajaron, París, Roma, Londres… fue la que más pesó. A todo ello le sumaban el clima, la gastronomía, el entorno cultural… y el idioma, el cual manejaban los dos con bastante soltura…


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vida…


8 de diciembre de 1980. En su pequeño apartamento neoyorquino envolvía regalos prenavideños mientras esperaba a que sus hijos llegaran para cenar.

8 de diciembre de 1977 – cariño, bajo al 7-Eleven de la esquina a comprar un par de cosas, no tardo – Esas serían las últimas palabras que de su amado esposo oyera.

Una calle mal iluminada, un paso de peatones torpemente colocado, un conductor ebrio… un cúmulo de coincidencias mortales que hicieron posible sesgar una vida. Una vida plena, feliz, llena de ilusiones y proyectos, de amor, por la familia, por los amigos…

El sonido de la puerta le arrancó la nostalgia de sus pensamientos…


g_sayah


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– Espero que el vuelo haya sido de su agrado –

– Lo ha sido, gracias –

– Me alegro. Siéntese por favor –

El autor de aquella primera misiva lo había organizado todo de manera que aprovechando una corta estancia en Madeira, donde tenía una espléndida residencia de verano, su avión privado recogiera a Vincent en Madrid, con la idea de mantener la reunión acordada días antes. Aquella propiedad era cualquier cosa menos modesta. Seguramente una de las mejores de la isla. 

La única condición que puso Vinc fue que tendría que estar de vuelta antes de que María saliera del trabajo, eso, y que en dicha cita, lo único que haría sería oír la propuesta, nada de una respuesta inmediata, la decisión tendría que sopesarla.

Uno de los sirvientes le preguntó si quería tomar algo. 

– Café solo, por favor –

– Enseguida señor –

No tardó ni dos minutos en volver con el brebaje. Su anfitrión ya estaba bebiendo, Whisky con hielo, a pesar de la temprana hora. Esperaron a estar solos y fue este último el que comenzó a hablar sin ambages.

– Hoy en día se puede confiar en poca gente, y yo confío en usted. Lo que le pido se lo encargué previamente a un amigo, o eso creía yo, que lo era, por lo visto me equivoqué. Acudí a él para que matara a mi mujer, no lo hizo, me estuvo mintiendo y además tengo la certeza de que ambos han escapado juntos, por lo que quiero que los encuentre y los liquide. Me da igual cómo lo haga, usted es el profesional, siempre y cuando no deje huellas que puedan rastrearse e implicarme en un futuro. Usted le pone los ceros a la cifra que quiera cobrar por el encargo…


g_sayah


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