madrid_59.0


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Fue Eric quien rompió aquel apacible silencio con un tierno gesto. Uno frente al otro, sentados en una de las pequeñas mesas de aquella terraza donde compartían café y lectura, se miraron fijamente cuando él posó su mano sobre la de ella, para seguidamente, adoptando un semblante sibilino comentarle:

– Quisiera decirte algo. Es una idea que me ronda la cabeza hace algunos días –

– ¿De qué se trata? – Dijo Rachel con curiosidad.

– A lo mejor te parece algo precipitado, por lo que te ruego de antemano que disculpes mi atrevimiento, y además, puede despertar en ti algún sentimiento contradictorio, pero creo que tengo que decir lo que siento y afrontar tu respuesta. Respuesta que por otro lado, me gustaría que sopesaras con tranquilidad, con tiempo y sin ningún tipo de presión –

Rachel empezó a sentir un ligero cosquilleo en el estómago y le dijo a Eric impaciente que soltara ya lo que fuera a decirle.

Eric sonrió. – Me gustas Rachel, y estos días están siendo maravillosos, por lo que me gustaría continuar así. Pienso que debíamos tomarnos esto algo más en serio, que compartamos juntos de manera indefinida el tiempo que se nos está presentando. Sé que puede parecer una locura, pero si no lo intentamos, jamás sabremos que puede pasar. No te estoy diciendo que te cases conmigo, obviamente no podemos, pero si que pensemos en un futuro juntos… –


g_sayah


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Eventos - 2107


Estaba completamente seguro de que sucedería. Tarde o temprano ese amor icástico y puro que sentían el uno por el otro llegaría a su fin. Se fue marchitando cual flor de otoño, como diría el poeta.

Marco sentía una intensa tristeza y en ese momento no podría describir con palabras los sentimientos que le golpeaban en lo más profundo de alma     – ¿Melancolía? – Posiblemente se quedaría corto.

Se afanaba por pensar en lo bueno que había vivido junto a Javier, intentaría quedarse con eso, pero desgraciadamente no era el momento, le era muy difícil deshacerse de ese tormento que le albergaba.

Fue un flechazo mutuo a primera vista. Desde aquel veintiocho de junio del noventa y siete no se habían perdido de vista ni un instante, unidos, hasta un fatídico momento imposible de fechar en el que su idilio se convirtió en algo vacío y sin sustancia.

Tras casi quince años de relación, intensa y apasionada, tendrían que rehacer sus vidas cada uno por un lado, separados, maldita palabra. Tan solo quedaría el recuerdo…


g_sayah


madrid_58.0


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El poco tiempo que María tenía de descanso en la oficina, lo emplearon en tomar café plácidamente en un local que albergaba el mismo edificio.

– Cómo te ha ido –

– Creo que bastante bien. He salido con buenas sensaciones. En ambas empresas me han emplazado a mantener una segunda entrevista, supongo que con alguien diferente, tendrán que ir descartando candidatos, ya que yo no era el único. Ya sabes como va este tipo de historias –

– Claro, pero verás como a ti te va a ir bien. No me cabe la menor duda de que estás capacitado. No hace falta ni que te desee suerte –

– Gracias María, eres un encanto. Esperemos que tengas razón y que pronto empiece a trabajar. Todo sea por llegar a fin de mes – Bromeó Vincent.

María sonrió al tiempo que miraba su reloj – Tengo que volver a mis obligaciones. Después te veo –

– Que corto se me ha hecho –

– Lo siento cariño. A mi también –

María se despidió con un cariñoso beso y se dirigió a los ascensores. Vincent esperó desde la distancia a que ella subiera a uno de ellos, y con un ademán del brazo también se despidió antes de que se cerraran las puertas, salió del edificio y una vez en la calle, se adentró ‘bajo tierra’ para coger el metro…


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