Relato 57.0

             Un característico olor a azufre azotó la nariz de William. Efectivamente, lo que parecía un sueño mostrado por un malvado Morfeo, era una clara realidad. La casa estaba ardiendo por lo cuatro costados.

            Construida en adobe y paja, materiales que alimentaban felizmente las llamas, con una estancia donde se cocinaba, posiblemente origen del fuego, y una pequeña habitación que hacía las veces de dormitorio, donde en ese preciso instante dormía junto a toda su familia, su esposa y sus cuatro hijos.

            Los despertó con celeridad y casi se diría bruscamente, lo que provocó que los más pequeños se asustaran, para seguidamente salir prestos de aquel infierno.

            Caras desoladas, tiznadas, lágrimas en los ojos, una desolación que sólo compensaba el saber de estar todos vivos, por los pelos. William miraba ora su hogar, ora su familia, y pensaba que la situación sería en adelante harto complicada. Todas sus pertenencias, que eran muy pocas, estaban siendo pasto de las llamas. No les quedaba nada, pensó.

            A Marco, el amanecer, al igual que al protagonista de su sueño, le trajo una profunda desolación, aunque por un motivo menos material. No quería ir al instituto esa mañana, tenía miedo, se sentía inseguro, hundido, y un dolor metafísico le atenazaba el estómago.

            Su madre desde la puerta del dormitorio le animó a que se levantara, le dijo que el desayuno lo tenía preparado en la mesa de la cocina y que el autobús no tardaría en pasar.

            Al incorporarse se dio cuenta que una vez más había mojado la cama y un escalofrío le corrió por toda la espina dorsal. Aquella inseguridad y aquel miedo aumentó exponencialmente junto con unas terribles ganas de no seguir con vida…

Microrrelatoser 15.0

           El sendero interminable, la vegetación escasa, el terreno enfangado por culpa de una lluvia que caía persistentemente. Sus piernas empezaban a no responderle. Sus músculos cercanos al agotamiento se resistían a llevar el ritmo que la mente intentaba marcar…Hacía frío…

      …Le dolía el pecho en su huida con cada bocanada de aire que inspiraba, al ritmo de un corazón alterado y temeroso…

        …Miró hacia atrás, allí venía incansable, sombra encapuchada que no cesaba en su empeño de cumplir con su trabajo, herramienta en mano siniestra, la guadaña…

            …El aumento en la cadencia de su carrera no esquivaría su destino…

Spin-off 17.0 Capítulo 7

     Era un loft bastante amplio, con grandes ventanales que daban a Spring st. La arquitectura interior rozaba el gusto por el diseño sueco, simple, sencillo, con un acercamiento a lo creativo y funcional.

     Jones esperaba cerca del cadáver a la pareja inspector-forense, forense-inspector, con una sonrisa de complicidad en su rostro, que chocaba frontalmente con el contexto de la situación, y sus manos enguantadas con vinilo negro.

     – Hola Jones, ¿sabemos de quién se trata? – Preguntó Mark a la vez que David se inclinaba sobre el cuerpo de la víctima mientras sacaba su instrumental del kit portátil para esos casos.

     – Hola Mark, buenas noches David –

     – Buenas noches inspectora –

     – Si, se llamaba Steve Forrester, treinta y ocho años, natural de Virginia pero residente aquí desde hace varios años. El loft es de su propiedad y por lo visto, trabajaba como alto ejecutivo de una empresa de seguridad bastante potente a nivel internacional.

     – Que paradoja, porque a simple vista la seguridad aquí brilla por su ausencia –

     – Si, no deja de ser extraño – Observó Jones.

     – La temperatura del hígado me indica que pudo morir anoche sobre las diez, es decir, hace unas veinticuatro horas, y aparentemente, salvo el disparo que presenta con salida por la nuca, no presenta signos de violencia –

     – Jones, no parece que hayan forzado la entrada ¿verdad? –

     – No Mark, y tampoco parece que se hayan llevado nada. Tenía en su cartera casi mil dólares en efectivo, tarjetas… y todo intacto, al igual que la vivienda. Con todo y el disparo encañonado por la boca, es lo que me lleva a pensar en el suicidio salvo porque aun no ha aparecido ninguna nota –

     David se incorporó quitándose los guantes con cara circunspecta y dudosa – Me lo llevo y os doy mis conclusiones definitivas cuando lo autopsie. Espero ofreceros un dictamen rápido y conciso –

     – Es un treinta y ocho lo que sostiene en su mano derecha. Los técnicos están al llegar. Veremos si tiene residuos de pólvora, lo que nos ayudará con las primeras pesquisas . Apuntó Jones…

Relato 56.0

221 de Baker Street.jpg

            221 de Baker Street.

            Sentado en un rincón del local, con sus lentes apoyadas en la punta de su nariz, Mike sostenía con su mano izquierda un delicioso y aromático expresso mientras la diestra, negro sobre blanco transcribía sus pensamientos a la desgastada Moleskine, regalo de su adolescente hija.

            La echaba de menos. Desde el divorcio, apenas si la veía, ya que a su ex mujer le ofrecieron un buen puesto de trabajo fuera del país, en Luxemburgo, y ambas se trasladaron sin dudarlo.

            Desde entonces una nostalgia gigantesca lo acompañaba permanentemente. Un vacío sin igual embargaba su alma, vacío que caminaba vertiginosamente hacia una tristeza perenne cual hoja de un árbol que se resiste al paso del tiempo.

            Los días transcurrían lentos y de manera soporífera, siendo su única vía de escape esos momentos en los que en el 221 de Baker Street escribía pequeñas y ficticias historias sobre el papel, entre café y tertulia con Isaac, excelente camarero, implacable crítico con sus creaciones, pero sobre todo, amigo y hombro sobre el que llorar sus penas.

Spin-off 17.0 Capítulo 6

             No lejos de la comisaría y después de un día de trabajo arduo y sofocante que se hizo eterno, Mark y David conversaban tranquilamente uno frente al otro en un local de moda, en una mesa alta, al abrigo de luces de neón y una música envolvente, que junto a sendos whiskies hacían la labor de desconectar el interruptor de la criminología neoyorkina por un breve instante.

            – La verdad es que me apetecía tomar algo hoy al salir del trabajo, y más disfrutando de tu compañía, tenía ganas de verte – Comentó David una vez apurada su primera copa.

            – A mi también – contestó Mark – No lo dudé un instante cuando oí tu mensaje.

            David no puedo evitar esbozar una sonrisa henchida de emoción, una emoción que le hizo pensar en lo acontecido últimamente con respecto a su encuentro con Samuel, y sus sentimientos encontrados.

            Esto le hizo llegar a la conclusión de que tenía que sincerarse con el inspector, contarle algún que otro detalle de su pasado que de camino sirviera para cimentar el futuro.

            Claro que, por supuesto, supondría el tener que abrir un poco la puerta de su corazón, lo que le aterraba enormemente.

            – Mark, ¿puedo hacerte una pregunta un tanto personal? – David pretendía introducir el tema ayudándose de una posible respuesta de su compañero, si este respondía de forma íntima.

            – Por supuesto David, dispara –

            Cuando éste se disponía a preguntar, sonó un teléfono – Creo que es el mío, disculpa un segundo. Hola Jones, qué ocurre. Si, claro… en el Soho… ¿Que no es seguro si es un asesinato o un suicidio me dices? Evidente… Necesitamos la opinión del forense… no, no lo llames, está conmigo…Llegaremos en diez minutos…

Relato 55.0

             Entornó los ojos, apretó los dientes, se llevó las manos a los oídos con intención de obstaculizar los sonidos que le llegaban de la calle…

         Había llegado al límite, no lo soportaba más. La gente, su crueldad, su insolidaridad, ese egoísmo recalcitrante en permanente sinergia con una avaricia sin parangón que daba como resultado una corrupción total, moral y física.

            Una sociedad repleta de chandalas que no merecían vivir en un mundo en otro tiempo medianamente habitable y que ahora poco a poco lo estaban saqueando y devastando.

            Sería más sencillo desaparecer como individuo que aniquilar la colectividad.

           Alcanzó la 9 mm que su padre, guardia civil, creía tener a buen recaudo, se la llevó a la boca y mentalmente comenzó una macabra cuenta atrás: tres, dos, uno…

Spin-off 17.0 Capítulo 5

            – ¿Sabes cuánto te quiero? – Esperaba David poder decirle a Mark algún día, y más después del encuentro callejero que tuvo con su ex pareja. Dicho encuentro le había hecho dudar por un momento de sus sentimientos, sentimientos encontrados por culpa de un pasado que le había dejado huella en su corazón.

            No obstante, tampoco podía evitar un aleteo de mariposas en el estómago cada vez que el inspector hacía acto de presencia y se mostraba cariñoso con él.

            Aunque hacía tiempo que lo trataba desde el punto de vista profesional, desde el primer día que decidieron salir a cenar, las sensaciones se volvieron más íntimas y personales, a la vez que prometedoras.

            Mark era un encanto, guapo y muy educado, con unas formas cuidadas a la hora de hacer las cosas y bastante detallista para con él.

            Deseándole al destino que sus pensamientos fueran coincidentes, agarró su iPhone…- Hola inspector – le susurró David al buzón de voz del teléfono de Mark, – ¿Tomamos una copa esta noche al salir del trabajo? -…

Relato 54.0

Cilicio

La vela se consumía lentamente en un rincón de la estancia, provocando una sibilina penumbra. Una habitación que sólo contaba con una silla, un reducido y viejo secreter y un desvencijado camastro, sobre el cual, de rodillas en el suelo, se apoyaba el padre Edward con las manos entrelazadas sobre el pecho.

Rezaba con ansiedad pero en silencio. Un oscuro remordimiento se había apoderado de él tras los últimos acontecimientos, hasta el punto que para calmar su conciencia y purificar su alma decidió hacer uso de su olvidado cilicio sobre su muslo izquierdo, ya que mucho se temía, sólo con la oración no expiaría sus pecados.

– ¡Dios mío! ¿Podrás perdonarme?.-

G. Sayah