madrid_61.0


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Rachel no esperaba aquello. La proposición de Eric la cogió algo desprevenida. Era cierto que después de recibir la fatídica noticia sobre las intenciones de su marido y el tener que empezar desde cero en su vida, con lo que suponía tanto lo uno como lo otro, su compañía le estaba facilitando enormemente esta transición temporal.

En su interior no tenía que rebuscar demasiado para reconocer que poco a poco aquella relación traspasaba los límites de una simple amistad, y que sus sentimientos estaban a flor de piel. Todo ello, claro está, no quitaba que se hallara reticente, que albergara temores, miedo a que por cualquier motivo una situación así no saliera bien, por otro lado, algo lógico también en condiciones normales, pensaba.

No se precipitó, y antes de darle una respuesta, le rogó que le diera algo de tiempo. Le dijo que estaba encantada con su propuesta de futuro para ambos, pero también sorprendida, y que tenía que hacerse algunas preguntas. También le dijo que la decisión que tomara sería de todo menos acelerada y considerando todas las posibles variables y sus consecuencias, de tal forma que lo que tuviera que ser construido entre los dos, se hiciera sobre unos sólidos cimientos, y sobre todo, teniendo en cuenta los sentimientos de él, aunque tenía claro que fuera como fuese, nada ni nadie le ofrecería la seguridad que buscaba…


g_sayah


Relato 9.0


#excalibur#


– Buenos días Carla, ¿lo de siempre? –

– Buenos días Armando. Si por favor 

Leía el periódico mientras esperaba impaciente el desayuno, aunque más sumida en sus pensamientos que en las páginas del diario, el cual apenas si contenía hoy noticias relevantes.

Devoró el plato número siete de la carta acompañado de dos buenas tazas de café. Tras pagar dejando una generosa propina se despidió de Armando hasta el día siguiente y salió del restaurante.

– ¡Oh Dios que frío hace! –

Eran las seis y cuarto de la mañana cuando pidió un taxi – Al 750 de la 1st por favor – El taxista giró en la octava hacia la 34 dirección este mientras Carla se acomodaba en el asiento trasero para terminar de leer la prensa.

– ¡Arturo detrás de ti! – Este empuñó su Excalibur y se dirigió al individuo que le venía por la espalda – ni se te ocurra sarraceno, esas reliquias nos pertenecen – le dijo con cara de ferocidad. Tras una dura contienda pocos quedaban ya en pie, pero los Caballeros de la mesa redonda no cejaban en el empeño de recuperar lo que era suyo. El infiel miró a su alrededor, y viendo su desventaja soltó lo que el Rey reclamaba y salió despavorido.

Tristán observó a Perceval recoger el objeto del suelo embarrado y este esgrimiendo una sonrisa se dirigió a su líder.

– Por fin Arturo, con esta casi hemos acabado –

– Cierto mi fiel amigo, cierto –

Estaba siendo un invierno duro y frío, sus hombres lo estaban notando, pero la fe se imponía sobre todos los acontecimientos mundanos.

– ¡Oiga señora! Se ha quedado  dormida mientras leía – Le decía el taxista conforme paraba en doble fila.

– Lo siento – Carla se recompuso rápidamente y pagó el taxi mientras intentaba despegar los párpados, reflexionando en lo extraño y misterioso de los sueños – Quédese con el cambio 

Salió del vehículo amarillo y subió las escalinatas que jalonaban el  edificio en el que trabajaba a escasos metros del East River – Estoy segura de que hoy será un día crucial para el futuro del planeta – pensó…


g_sayah


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  En lo concerniente a las entrevistas de trabajo, se le había quedado un buen sabor de boca. Tenía esperanzas de que en poco tiempo estaría trabajando. Necesitaba el empleo, no ya tanto por el dinero, que también, sino por el hecho de mantener la mente ocupada en algo diferente, en una tarea a la que no estaría acostumbrado, ya que nunca había tenido un trabajo al uso, lo que por otro lado le parecía un reto importante.

Ya en el apartamento, mientras seguía dándole vueltas a las conversaciones que tuvo con los respectivos responsables de las empresas que visitó, y conjeturando sobre los posibles derroteros, se acordó del maldito sobre. Lo extrajo del porta documentos, pero antes de abrirlo y comenzar a leerlo, se sirvió una copa. 

– ‘Estimado amigo. Imagino que ya sabe quién soy, o al menos, se hace una idea. Antes que nada, quisiera disculparme por mi primer intento a la hora de contactar con usted, creo que no fue de su agrado, y lo siento, mas no era mi intención causarle ninguna molestia. 

Usted, mejor que nadie entenderá la discreción de mis pasos, aún así le doy mi palabra que de aquí en adelante prescindiré de intermediarios.

Me comentaron que se había retirado, lo que entiendo y respeto, pero me gustaría que hiciera una excepción conmigo y llevara a cabo un último trabajo. Sé que es reticente, pero al menos estudie el caso y mi oferta cuando llegue el momento, se lo ruego. Estaremos en contacto.

Sin más, reciba un cordial saludo’ –


g_sayah


microrrelato_3.0


Fotografía 81.1


#elprincipiodelfin#

Se asomó sola por la escotilla para ver amanecer. Un nuevo día, un día sin él, un monstruo que le estuvo atormentando toda la vida hasta que por fin se atrevió a hacerlo.

Lo había planeado meticulosamente y ahora el cuerpo de su maltratador probablemente lo estarían devorando los peces mientras ella fumaba un cigarrillo pensando en el principio de un fin mejor, para ella y sus hijos, daños colaterales de una plaga que azotaba la sociedad del siglo XXI.

– Uno menos – pensó, a la vez que sorbía de su taza un hirviente café recién hecho, una café caliente que chocaba frontalmente con la frialdad de su mente…


g_sayah


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