Un despreciable ser acababa de comenzar su obra, así la llamaba. Un sociópata que con lo que le había hecho a Sarah alcanzó un nivel de éxtasis cercano al clímax. Lamentó no haber empezado antes aquellos actos que le habrían de reportar sensaciones inimaginables en el pasado, un pasado vacío, una vida superflua, un trabajo aburrido, una tormentosa relación maternal, ya que pasaba horas y horas cuidando de ella, postrada en la cama debido a una grave enfermedad. Todo conducía a una rutina tediosa, un día a día inapetente que le hacía encontrarse con frecuencia reflejado en el espejo a un ser cuya alma se deterioraba por momentos.
Aquella mañana decidió dar el paso y por fortuna todo salió bien, como lo había planeado. Lo sentía por la chica, pudo ser otra cualquiera pero así era la vida, le tocó a ella y lo que verdaderamente importaba era que él disfrutó de la experiencia, deleitándose como nunca, entrando en un estado de embriaguez mental que le hizo empezar a planear su siguiente acto macabro.
Saldría de caza esa noche, aunque antes, como buen depredador debía observar a su siguiente víctima. Acechar, analizar, meditar los pasos a dar, planear… todo, antes de consumar…
g_sayah