La dejó en la cama medio dormida, se dio una ducha y puso la cafetera. Cuando se levantó, sirvió dos tazas y encendió un cigarrillo que compartirían.
– ¿Has dormido bien? –
– Como un bebé – Respondió María bostezando y con los ojos todavía somnolientos, a la espera de que la cafeína fuera haciéndole efecto.
– Tengo que contarte algo y creo que es importante, por lo que necesito que te espabiles. Me gustaría conocer tu sincera opinión. – Le dijo sonriendo.
Vincent le contó lo de la carta que le había llegado días antes. Le explicó su contenido y la evidente conexión de este con su truculento pasado, y que no se explicaba cómo, de repente, se encontraba medio sumergido en una mar de dudas.
– Con unas simples líneas, mis pretéritos actos me han golpeado con dureza, y ahora la verdad es que necesito que me eches un cable, te necesito… –
María se quedó desconcertada, incapaz de articular palabra. No esperaba una cosa así, por lo que con la idea de ganar tiempo para ofrecerle una respuesta a Vincent, le rogó que le diera unos minutos para ducharse. Mientras digeriría la noticia. Él le comentó que sin problemas y que se iría vistiendo para salir a dar un paseo y tomar el aire si a ella le apetecía…
g_sayah