No era muy hablador, pero en los últimos días se había mostrado más hermético de lo normal. María lo achacaba a la incertidumbre que podría tener en su futuro profesional y su inquietud por querer estar ocupado, trabajando, así que decidió darle espacio y tiempo.
Llegó de la oficina algo cansada, quemada más bien, y encontró a Vincent sentado en ‘el sillón de leer’ con una novela en las manos y una copa de vino en la mesita auxiliar, lo que despertó en ella un sentimiento de envidia, sana, por supuesto.
– Hola Vinc. No te veo nada mal. Te lo montas de miedo – Bromeó.
Vincent sonrió y se levantó para darle un beso y servirle una copa – La verdad es que no me quejo. ¿Cómo te ha ido el día? –
– ¡Puf! Agotador. Ha sido intenso, muy ajetreado, con muchísimas llamadas de clientes que atender, dos reuniones con lo jefazos… en fin, tampoco voy a aburrirte. Estaba deseando de llegar y desconectar hasta el lunes –
– Me parece perfecto. Empecemos con un brindis. Por nosotros y nuestro ‘weekend’ –
– Por ti – Dijo María alzando la copa – Y gracias por todo –
– ¿Gracias? ¿Por qué? –
– Pues por estar a mi lado. Mi reencuentro contigo ha sido de lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, y hacía bastante que no me sentía tan bien, tan feliz, y mucha culpa la tienes tú –
– Vale, lo siento, te pido perdón – Bromeó Vincent.
– Perdonado –
– El sentimiento es mutuo – Dijo él al tiempo que le quitaba la copa de las manos para darle un apasionado beso. De ahí pasaron a gestos más desenfrenados, lo que convirtió el momento en un frenético e intenso acto erótico-amoroso que culminaron en la cama por dos veces…
g_sayah