Estaba completamente seguro de que sucedería. Tarde o temprano ese amor icástico y puro que sentían el uno por el otro llegaría a su fin. Se fue marchitando cual flor de otoño, como diría el poeta.
Marco sentía una intensa tristeza y en ese momento no podría describir con palabras los sentimientos que le golpeaban en lo más profundo de alma – ¿Melancolía? – Posiblemente se quedaría corto.
Se afanaba por pensar en lo bueno que había vivido junto a Javier, intentaría quedarse con eso, pero desgraciadamente no era el momento, le era muy difícil deshacerse de ese tormento que le albergaba.
Fue un flechazo mutuo a primera vista. Desde aquel veintiocho de junio del noventa y siete no se habían perdido de vista ni un instante, unidos, hasta un fatídico momento imposible de fechar en el que su idilio se convirtió en algo vacío y sin sustancia.
Tras casi quince años de relación, intensa y apasionada, tendrían que rehacer sus vidas cada uno por un lado, separados, maldita palabra. Tan solo quedaría el recuerdo…
g_sayah