Le confesé a mi padre lo que había hecho con algo de temor, pero ni puta cuenta – hacerme con un arma – Estaba tan borracho que ni siquiera me escuchó. No estar sobrio era lo único que le importaba, eso y de vez en cuando sacudirle a mi madre. Yo hasta ahora me había librado, aunque cada vez que ella sufría la ira de aquel indeseable, era como si la paliza me la propinaran a mí. Craso error cometió al no atender mi confesión – La próxima vez que toques a mi madre te descerrajo un tiro… –
g-sayah
Bueno!
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