Relato 146.0
Giré la cabeza creyendo haberla visto pasar en medio de aquella vorágine de almas autómatas que iban camino de sus respectivos puestos de trabajo.
Hora punta, bullicio, ruido, carreras, silbidos pidiendo un taxi, bajar escaleras para coger el metro, cafés ‘take away’, llamadas perdidas en el smartphone, un portafolios que se cae y el aire se encarga de repartir una elaborada presentación por el acerado, subir escaleras al soltar el metro, una discusión, una disculpa, ‘sorry’, otra discusión, otro taxi, ahora llamado gritos, más llamadas telefónicas esta vez atendidas con auriculares de última generación, más disculpas, obreros fumando un pitillo en la esquina de un futuro rascacielos a la hora del pitillo mirando sorprendidos el ritmo de aquellas máquinas de carne y hueso, bicicletas sorteando coches, coches intentando sortear el caos, un agente del PDNY que grita… ¡STOP!
g-sayah