Relato 133.0
No puedo recordar por más que lo intente el día exacto en que decidiste alejarte de mí. Supongo que no fue una decisión repentina, que lo pensaste detenidamente, pero lo que si sé es que mi vida es otra desde que no te veo.
Esta melancólica epístola
delatora de recuerdos imborrables,
esta sincera carta
protectora de un pesar visible,
esta misiva llora
un amor ausente.
Mi corazón afligido,
no descarta la muerte.
Porque sin ti muero. Minuto a minuto, el tiempo presente me anuncia de manera constante de que no estás, y yo quiero tenerte. Maldita la hora y maldito el momento en que dejé de hacerlo. Mi vida sin ti carece de sentido, el reloj lento transcurre, mientras araña mi alma con sus afiladas y crueles manecillas. Tic, tac, tic, tac… Busco consuelo sin hallarlo, porque lo que en realidad quiero es que vuelvas…
G. Sayah