Sentados en la terraza de un bar en los alrededores de la plaza de Oriente, disfrutaban de una agradable brisa y unos vinos.
Desde que salieron del Reina Sofía y después de la reflexión expresada por Vincent en voz alta con respecto a su trabajo, apenas si habían cruzado un par de frases.
– No sé a lo que te dedicas, tampoco me importa, aunque siento cierta curiosidad, sobretodo al pensar lo que harás a partir de ahora. Sea lo que sea, cuenta conmigo… –
G. Sayah
Hechizos que sólo tiene Madrid…
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